domingo, 9 de septiembre de 2012

Acompaño tus pasos y te cuido desde aquí

La palabra acompañar es una de las más hermosas de la lengua castellana.

Aparece ya en el Cantar de Mío Cid (1140); en su etimología encierra el compartir el pan.


Acompañar, quizá la forma básica de la atención, que es la virtud primera del ser humano.


Un anciano que se encamina hacia las últimas preguntas agradece ser acompañado. También la niña que ingresa en el zumbante matorral de enigmas necesita ser acompañada. 

 
Pero, de forma quizá menos obvia, desde la diáfana soledad de cada uno, todos y todas precisamos ser acompañados.

No tanto la estaticidad y formalidad de la compañía, como ese acompañar que está en movimiento, acompañando al que se mueve, más cordial y cercano.

El amor tiene algo de excesiva montaña rusa entre el cielo y el infierno. Los sabios psicoanalistas nos dicen que la relación sexual no existe. Y resulta dudoso que consigamos nunca ayudar al otro, en el sentido más riguroso del término. En cambio, siempre podemos acompañarle un trecho de camino.

Desde las formas más fáciles de acompañar –acariciar a la gata rumorosa- hasta las situaciones extremas de acompañar donde no se puede acompañar: el agonizante, la parturienta. (Pero los seres humanos no salimos adelante sin hacer lo que resulta imposible hacer, por lo menos varias veces al día).

La falta peor en que podríamos acaso incurrir, ¿no es haber rehusado acompañar a quien mudamente de verdad lo necesitaba?

No puedes responder a la pregunta del otro, pero sí que puedes acompañarle mientras recorre su propia formulación.

Precisamente porque no hay respuestas y el tiempo pasa: acompañar.

Jorge Riechmann
 
 
Estas palabras van dedicadas a alguien a quien ya no "acompaño" más in presentia, pero siempre acompaño en alma, aunque ya no me lea. (Especialmente ayer 08 de septiembre). 

miércoles, 20 de junio de 2012

¡Ella baila porque bailando goza!

Descalza, desnuda, apenas envuelta en la bandera argentina, Isadora Duncan baila el himno nacional.

Una noche comete esa osadía, en un café de estudiantes de Buenos Aires y a la mañana siguiente todo el mundo lo sabe: el empresario rompe e
l contrato, las buenas familias devuelven sus entradas al Teatro Colón y la prensa exige la expulsión inmediata de esta pecadora norteamericana que ha venido a la Argentina a mancillar los símbolos patrios.


Isadora no entiende nada. Ningún francés protestó cuando ella bailó la Marsellesa con un chal rojo por todo vestido. Si se puede bailar una emoción, si se puede bailar una idea, ¿por qué no se puede bailar un himno?

La libertad ofende. Mujer de ojos brillantes, Isadora es enemiga declarada de la escuela tradicional, el matrimonio, la danza clásica, y de todo lo que enjaule al viento. Ella baila porque bailando goza, y baila lo que quiere, cuando quiere y como quiere, y las orquestas callan ante la música que nace de su cuerpo.
 
Eduardo Galeano

1916, Buenos Aires

(Mi homenaje en este día patrio).

¡De la vie avant toute chose!

domingo, 10 de junio de 2012

No te perdono, bajo ningún pretexto, que no sepas volar

No sé me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme! 


Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte. 

   Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.

Oliverio Girondo 

Bird Girl - Chica-pájaro

martes, 29 de mayo de 2012

¡Comenzar, en sí, es siempre tan hermoso!

"...¿usted no ve cómo todo lo que sucede es siempre un comienzo? 


¡Y comenzar, en sí, es siempre tan hermoso! Deje que la vida le acontezca. Créame: la vida tiene razón en todos los casos".

                                                                     Rainer Maria Rilke

 Mina - E penso a te

sábado, 26 de mayo de 2012

Seminario Nadja 2012 "Configuraciones poéticas de un amor trágico: Medea de Eurípides". ¿Tragedia erótica?


Seminario Nadja 2012: “Amor fatuum” [Amor fatal, amor tonto]

Lunes 28 de mayo – 19.30 Hs: Marcela Coria

“Configuraciones poéticas de un amor trágico: 
Medea de Eurípides”

Medea de Delacroix

La revista Nadja, Lo inquietante en la cultura invita a una nueva reunión del Seminario anual, Amor fatuum, que se llevará a cabo en el Auditorio Rodolfo Shcoler de la Librería Homo Sapiens, Sarmiento 829 Altos de la ciudad de Rosario. La Librería Homo Sapiens además es co-organizadora de los encuentros.

En este encuentro, se analizarán algunos aspectos que configuran poéticamente este amor trágico de Medea en la pieza de Eurípides, a los fines de indagar si esta tragedia puede considerarse, como han hecho algunos estudiosos, como una tragedia erótica. Para ello, se tomarán como ejes los dos componentes del “amor” en la antigua Grecia: éros y philía.

Los interesados deberán inscribirse con anticipación por e-mail a esta dirección de correo electrónico: ricardobianchi@gmail.com  
Costo: $ 10.

viernes, 25 de mayo de 2012

El lenguaje es una piel: yo froto mi lenguaje contra el otro...

El lenguaje es una piel: yo froto mi lenguaje contra el otro. Es como si tuviera palabras en lugar de dedos, o dedos en la punta de mis palabras. Mi lenguaje tiembla de deseo. La emoción proviene de un doble contacto: por una parte, toda una actividad discursiva viene a realzar discretamente, indirectamente, un significado único, que es "yo te deseo", y lo libera, lo alimenta, lo ramifica, lo hace estallar (el lenguaje goza tocándose a sí mismo); por otra parte, envuelvo al otro en mis palabras, lo acaricio, lo mimo, converso acerca de estos mimos, me desvivo por hacer durar el comentario al que someto la relación.


(Hablar amorosamente es desvivirse sin término, sin crisis; es practicar una relación sin orgasmo. Existe una forma literaria de este coitus reservatus: es el galanteo).

(...) todo propósito que tiene por objeto al amor (sea cual fuere el sesgo destacado) implica fatalmente una alocución secreta (me dirijo a alguien que ustedes no conocen pero que está ahí al final de mis máximas). 

(La atopía del amor, la aptitud que lo hace escapar a todas las disertaciones, sería que en última instancia no es posible hablar de amor más que según una estricta determinación alocutoria; sea filosófico, gnómico, lírico o novelesco, hay siempre, en el discurso sobre el amor, alguien a quien nos dirigimos. Este alguien pasó al estado de fantasma o de criatura venidera. Nadie tiene deseos de hablar del amor si no es por alguien).

Roland Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso.

lunes, 7 de mayo de 2012

Mirame en la luz de un universo sin mundos

Vuelve a llenar mi alma con tus brazos... 

(Dedicado especialmente a C. A.)


Ser trémula
ser viento
en tus brazos
quiero.





Paysage, tes bras...
Paisaje, tus brazos...
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