sábado, 31 de diciembre de 2011

Es el asombro ante el milagro: bienvenido 2012

Debes amar la arcilla que va en tus manos
Debes amar su arena hasta la locura
Y sino, no la emprendas que será en vano
Sólo el amor alumbra lo que perdura
Sólo el amor convierte en milagro el barro
Sólo el amor alumbra lo que perdura
Sólo el amor convierte en milagro el barro.
 
Debes amar el tiempo de los intentos
Debes amar la hora que nunca brilla
Y sino, no pretendas tocar los yertos
Sólo el amor engendra la maravilla
Sólo el amor consigue encender lo muerto
Sólo el amor engendra la maravilla
Sólo el amor consigue encender lo muerto.
Debes amar la arcilla que va en tus manos
 
Debes amar el tiempo de los intentos
Debes amar la hora que nunca brilla
Y sino, no pretendas tocar los yertos
Sólo el amor engendra la maravilla
Sólo el amor consigue encender lo muerto
Sólo el amor engendra la maravilla.


En este último día del año 2011 y en la actualización número 100 de este blog que ha acompañado mi tiempo, todos los tiempos que he vivido, aquéllos plenos de amor y aquéllos donde primaba más bien -y lamentablemente- el desamor, quiero que transcurran las horas de este último día de un año que va quedando atrás con dos poetas, dos amores, argentinos, ambos.

Happy new year (Feliz año nuevo) - Julio Cortázar

Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fìn de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

* *

 Final del Año - Jorge Luis Borges

Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge
ni el cumplimiento de un proceso astronómico
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo;
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinitos azares,
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito,
perdure algo en nosotros:
inmóvil. 

Sólo el amor - Silvio Rodríguez 




¡Sólo el Amor alumbra lo que perdura! ¡Bienvenido 2012!

viernes, 30 de diciembre de 2011

Más que los besos, son las cartas las que unen las almas: las cartas de amor

Ya nos hemos mirado un minuto, dos minutos, una hora. Ya sabemos que querremos estar una hora, dos horas, tres horas, veinticuatro horas juntos. Sus besos tibios quedan impregnados en mi piel toda la noche, y aún así siento que no es suficiente.  Sus reclamos de que lo mío es un capricho sólo me hiere, y espero los múltiplos de veinticuatro días o años para poder demostrarlo.

La extraño siempre un poco más, ¿mis ojos no se lo dicen?


Pero tal vez una correspondencia particular entre dos personas que se han amado ofrece aún algo más triste; porque ya no son los hombres, sino el hombre lo que se ve.

Primero las cartas son largas, apasionadas, múltiples; el día no basta: se escribe a la puesta de sol; se trazan unas palabras al claro de la luna, confiando en que su luz casta, silenciosa, discreta, cubrirá con su pudor mil deseos. Se han separado al alba; al alba se acecha la primera luz de las delicias. Mil juramentos cubren el papel, donde se reflejan las rosas de la aurora; mil besos son depositados sobre las palabras que parecen nacer de la primera mirada del sol: ni una idea, ni una imagen, ni una imaginación, ni un accidente, ni una inquietud que no tengan su carta.


Pero una mañana, algo casi insensible se desliza sobre la belleza de esta pasión, como una primera arruga en la frente de una mujer adorada. El soplo y el perfume del amor expiran en estas páginas de la juventud, como al atardecer una brisa se encalma sobre las flores: nos damos cuenta, pero no queremos confesarlo. Las cartas se abrevian, disminuyen en número, se llenan de noticias, de descripciones, de cosas ajenas; algunas se retrasan, pero se está menos inquieto; seguros de amar y de ser amados, nos hemos hecho razonables; ya no se protesta, se acepta la ausencia. Siguen pronunciándose juramentos; son todavía las mismas palabras, pero están muertas; les falta el alma: te amo ya no es más que una expresión de costumbre, un protocolo obligado, el tengo el honor de considerarme de toda carta de amor. 


Poco a poco el estilo se hiela o se irrita; el día de correo ya no se espera impacientemente; se teme; escribir pasa a ser una fatiga. Uno se ruboriza pensando en las locuras que se han confiado al papel; se quisiera poder recuperar las cartas y arrojarlas al fuego. 

¿Qué ha sucedido? ¿Es un nuevo afecto que comienza o un viejo afecto que termina? Qué importa. Es el amor que muere antes que el objeto amado. No hay más remedio que admitir que los sentimientos del hombre están expuestos al efecto de un trabajo oculto; fiebre del tiempo que produce el cansancio, disipa la ilusión, mina nuestras pasiones, marchita nuestros amores y cambia nuestros corazones como cambian nuestros cabellos y nuestros años. 

Sin embargo, hay una excepción a esa debilidad de las cosas humanas; sucede a veces que en una alma fuerte un amor dura lo bastante para transformarse en amistad apasionada, convertirse en un deber, adquirir las cualidades de la virtud; entonces pierde su decaimiento natural y vive de sus principios inmortales".
   
Fragmento de la novela René de François-René de Chateaubriand, 
sobre las cartas de amor.

¡Este post es para celebrar los amores inmortales, 
los que perduran en su sentir y no bajan los brazos
frente a los inconvenientes! 

Hélène Ségara
L´amour est un soleil


jueves, 29 de diciembre de 2011

El color y el artista hacen vibrar el alma humana

El color es un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma. El color es la tecla. El alma es el piano con muchas cuerdas. El artista es la mano que por esta o aquella tecla, hace vibrar adecuadamente el alma humana.
.
Wassily Vasílievich Kandinsky


Study for Painting . Wassily Vasílievich Kandinsky

*
  
El arte, como la naturaleza, es rítmico

Robert Delaunay

*

Puedo crear una fuga en colores, como Bach lo ha hecho en música

František Kupka
  
*

El mundo suena

Wassily Vasílievich Kandinsky 



Wassily Kandinsky et Le Cavalier Bleu - Carmina Burana

miércoles, 28 de diciembre de 2011

La culpa la tiene mi corazón que no me deja

Poema

Y además
mi corazón
tiene la culpa
porque nació
tan tibio y sorprendido
y yo también
un poco
y este cielo
y estas mañanas limpias
y estas calles
por donde el aire estalla
y este gran infierno de los hombres
tienen la culpa
Pero
sobre todo
mi corazón que no me deja
mi corazón
que me derrama
y me pierde.


La culpa es mía
la traigo desde lejos
pero qué puedo hacer
sino vivir así
y andar a cada rato
con un dolor
y un sueño
custodiándome.

Qué puedo hacer
si el corazón
me vino enorme
y tiembla
por cada soplo liviano
qué puedo hacer
sino abrazarlo
o cuanto más
echarlo al aire.

Hugo Gola

Y para música amorosa francesa, la inigualable voz de Patricia Kaas con una canción que forma parte de un show único y maravilloso.

Patricia Kaas - Et S'Il Fallait Le Faire



lunes, 26 de diciembre de 2011

Morir de amor es bastante fácil, lo que resulta más difícil es vivir de amor

¿Qué es el amor? ¿Un deseo, un sentimiento, un modo de vivir? Ante todo, es la aparición inesperada, sorprendente, de una persona que destaca sobre el resto del mundo.

Una súbita fascinación. En la fascinación no hay nada más que un objeto gigante en un mundo desierto. Podríamos decir que este interés, esta fijación de la atención, es aún pre-amorosa. […] El amor es despertado por algún tipo de belleza, que se va haciendo más compleja cuánto más personal es el amor.
 
Una persona siente que se ha alterado la estructura de su mundo por la aparición de otra. Hay  una alteración de las perspectivas, una drástica selección de los intereses. […] El objeto ha aparecido. ¿Y ahora qué?

El amor implica siempre alguna actividad, algún afán por el objeto amado. La contemplación no basta. […] Ese objeto fascinante que hemos visto destacarse sobre todo el universo despierta algún tipo de deseo. ¿Qué es la belleza? —se pregunta Stendhal hablando del amor—. Es una nueva posibilidad de producirnos un deleite. Los deleites difieren en cada individuo y aun suelen ser muy opuestos: esto explica muy bien el hecho de que lo que es bello para un individuo sea feo para otro.

El amor es un deseo, pero ¿de qué? De cercanía, de comunicación, de posesión, de placer. Podría decirse que la calidad del deseo determina la calidad del amor… […] De hecho, la pregunta que debería hacerse todo enamorado para aclarar su corazón, no es <¿qué siento por esa persona?>, sino <¿qué deseo de esa persona o qué deseo hacer con esa persona?>.

 
Resulta que el territorio amoroso tiene dos capitales: el sexo y la ternura, y que ambas se disputan de alguna manera la prioridad, o, cuando la aventura es bienaventurada, la comparten.

En la actualidad, parece que la invención amorosa apunta hacia una relación entre dos personas que mantienen su individualidad, incluso su autonomía, pero redefiniéndose en una relación nueva. Éste es el momento de mencionar un deseo esencia de los enamorados: la reciprocidad.

El amor es una promesa de felicidad. De ahí su enorme atractivo. En el fondo, lo que todos deseamos es ser felices. Pero lo que caracteriza un tipo de amor, y a mí me parece el de mayor calidad, es aquel en que el enamorado considera que la felicidad de la persona amada es un componente esencial de la propia felicidad. Aquí se da de nuevo el descentramiento, porque el enamorado gira alrededor de dos centros, el suyo propio y el de la persona amada. <Amar es querer el bien para alguien>, dijo Aristóteles.

Según los antropólogos, establecer un vínculo emocional, por encima de la mera relación sexual, es una invención evolutiva que ha protegido a la humanidad.


¿Por qué el amor pierde el fulgor poético del inicio? ¿Por qué es tan difícil mantenerlo en situaciones de normalidad? […] La intensidad alegre, ésa es la culminación del amor.

La vida amorosa es una peculiar conversación, entablada en variados lenguajes y silencios, y, como ocurre con las buenas conversaciones, puede durar siempre, porque las respuestas animan a nuevas respuestas, en un vaivén sin término.

Todo amor es una historia. Y toda historia de amor es una gran emoción que quiere encarnarse. Un dinamismo universal que lleva al entrelazamiento de dos biografías. En el amor se unen dos personalidades, dos pasados, dos sistemas distintos de deseos y expectativas, los que pretenden unirse, aprovechando el poderoso impulso del enamoramiento. El deseo sexual puede estar en el origen del amor apasionado, pero no debemos confundirnos. Ninguna cultura lo ha hecho. 

Los griegos tuvieron muchos nombres para designar los diferentes modos del amor, desde Eros, el deseo, hasta Philia, la amistad. Los polinesios tienen una palabra especial —inangaro kino— para denominar al deseo cuando va acompañado de amor romántico. En Kenia distinguen entre el deseo sexual —ashiki— y el amor —pendo—. La diferencia es clara: el deseo es genérico, mientras que el amor individualiza su objeto al máximo, porque lo ve como incomparable e insustituible. Por eso la biografía amorosa es la tensión entre un anhelo general y una circunstancia única. De ahí su complejidad.

De la misma manera que el afán de pintar o el afán de hacer música ha dado lugar a una amplia variedad de creaciones, la necesidad de saciar el deseo amoroso ha alumbrado formas muy diferentes de conseguirlo. […] El amor apasionado parece tener como gran objetivo la unión permanente con otra persona. […] Ramón Gómez de la Serna respondió con una melancolía avisada: <Amor es el deseo de hacer eterno lo pasajero>.

Morir de amor es bastante fácil, lo que al parecer resulta más difícil es vivir de amor.

…<¿se puede hacer compatible la exaltación amorosa y la vida diaria?> puede formularse de esta manera: ¿se puede hacer poesía de lo cotidiano? El romanticismo nos dijo que no. En Odas elementales, Neruda nos dice que sí. Hay una forma poética de ver la realidad, que nos libera de la rutina real. Una cebolla es siempre una cebolla, pero si la miramos bien encontraremos en ella una novedad interminable:

“Cebolla, /luminosa redoma, /pétalo a pétalo /se formó tu hermosura, /escamas de cristal te acrecentaron /y en el secreto de la tierra oscura /se redondeó tu vientre de rocío”.

Monet veía el reflejo de la luz en ellos, y eso cambia incesantemente. Algo semejante le sucedió a uno de los pensadores más influyentes de la historia moderna, Sören Kierkegaard, que escribió un libro titulado La repetición, preguntándose si era posible hacer una y otra vez las mismas cosas con el mismo fervor o con el mismo entusiasmo.

Tal vez una de las características del amor es que no se acostumbra, que ve en cada nueva aparición, acto, palabra, del ser amado un nuevo regalo. Tal vez el problema sea que el amor, que aparenta tanta actividad, se hace perezoso, pierde su capacidad inventiva y creadora en cuanto se pasa el primer hervor. La espontaneidad del amor se convierte en una trampa, porque conduce a una pasividad y una creencia en el destino.


Tenemos, pues dos raíces del amor humano, que pueden darse por separado pero que estamos intentando unificar, en una de las más colosales aventuras vividas por nuestra especie: el sexo y la ternura. Un deseo encaminado al placer se hibrida con un deseo dirigido a la felicidad de otra persona y a su cuidado. Sin duda, pueden existir los dos por separado. Puede haber un amor que sea puro deseo, y un amor que sea pura ternura. Pero cuando estamos hablando de la figura perfecta del amor romántico, erótico, de pareja, conyugal, estamos hablando de la milagrosa unión de ambos aspectos.
 
El problema surge porque convertimos en fin lo que sólo es un medio, o, para decirlo con más precisión, un inicio. El amor pasión es un estado inicial, que deseamos convertir en permanente. Que algo sea <inicio> significa que tiene que permanecer, pero cambiando. Una semilla germinada es el inicio del árbol. El amor es una energía que al cambiar, permanece. Lo que ocurre con frecuencia es que el estado inicial es tan intenso, tan embriagador, que desearíamos quedarnos en él. […] El amor pasión es la energía amorosa en estado puro, antes de empezar a trabajar. Es cierto que en plena exaltación se encuentra dispuesto a todo, se ofrenda, se entrega, se aniquila. […] Los amantes son capaces de abandonar cualquier cosa, se vuelven absorbentes, porque como son capaces de prescindir de todo, salvo de su amor, exigen a la persona amada una oblación semejante. Esto supone poner entre paréntesis el resto de la realidad.

¿Y no podría esa pasión convertirse en la energía para una vida amorosa, en la que la intensidad sustituyera a la excitación, la serenidad a la inquietud, la confianza a la incertidumbre? Sería prolongar el amor con las obras del amor, o, como me gusta decir, con una <poética de la acción>.

Convertir el amor pasión en vida amorosa es convertir un estado en un proyecto. Es hacerlo <diligente>, palabra que deriva del latín diligo, que significa <amar>. Hemos de volver al viejo Platón: <Amar es crear en la belleza>.

Estamos, sin duda, muy lejos de la barrera del animal en celo. Pero es en este punto donde aparece con más agudeza la gravedad del problema. Lo difícil es la invención y la realización de un proyecto. Es fácil la unificación emocional, es decir, que dos personas en un momento determinado sientan unánimes el mismo sentimiento: alegría, dolor, placer, entusiasmo, amor. Lo que es difícil es unificar dos vidas, dos caracteres, dos proyectos distintos e independientes hasta ese momento, dos comportamientos. ¿Cómo hacerlo? Sin duda, aprovechando la energía del enamoramiento. Pero el enamoramiento es loco o ciego o irresponsable, luego no está capacitado para elaborar o realizar un proyecto. A lo largo de la historia se ha intentado resolver la cuestión proponiendo proyectos elaborados, casi institucionalizados: el matrimonio, por ejemplo. Pero en la actualidad no existen esos modelos. Cada cual tiene que hacérselos a medida, en una especie de bricolaje sentimental. Todo tipo de parejas, abiertas o cerradas, homo o hetero, compartidas o exclusivas, están a su disposición. No existen normas morales claras que hagan previsibles los comportamientos. La precariedad contamina todas las relaciones, provocando una desesperanza o un fácil desistimiento. La búsqueda de la realización personal sitúa en segundo plano todas las relaciones. Cunde la idea de que nada que se haga por amor debe costar trabajo, lo que es falso; o de que nada que se haga por compromiso es compatible con el amor, lo cual lleva a no comprometerse nunca. Pese a lo cual, los humanos seguimos pensando que las relaciones amorosas son el camino más seguro a la felicidad, aunque desconfiemos de alcanzarlas. El siglo XX ha acuñado el eslogan sartriano <el infierno son los otros>, que lleva a vivir en soledad y a la defensiva.

Tal vez estemos oyendo demasiadas historias de fracasos. […] Por eso me parece importante reivindicar las vidas amorosas felices. Son complejas obras de arte dignas de admiración. La pasión amorosa se prolonga en una sabiduría amorosa, encargada de convertir en vida lo que hasta ese instante era sólo sentimiento. Se trata de un saber necesario y difícil, pero que merecería ser emprendido. Deberíamos tomarnos en serio el aprendizaje del amor.


José Antonio Marina, Extracto de Palabras de amor. Un tratado de los sentimientos a través de las más intensas cartas de amor de todos los tiempos
  
Ingrid
Une belle histoire


domingo, 25 de diciembre de 2011

Es Navidad, caminante que vas buscando la paz en el crepúsculo...


Hay flores que nacen para durar sólo unas horas,

tiempo en que perfuman al universo,

embellecen la existencia entera; 

no necesitan ser exitosas en nada más, 

sólo en los instantes en que les toca vivir; 

aprendamos de ellas, dispongámonos a brillar por un segundo, 

dejando tras nosotros un mundo mejor.

Nunca se es demasiado viejo, o demasiado joven para amar, 

para decir una palabra gentil, para hacer un cariño.

No mires para atrás.

Lo que pasó, pasó.

Lo que perdimos, perdimos.

¡Mira hacia adelante!

(Anónimo)



**

Todavía hay tiempo para apreciar las flores 

que están enteras a nuestro alrededor. 

Caminante que vas buscando la paz en el crepúsculo, 

la encontrarás...

**


Feliz Navidad, disfrutemos del momento... 

busquemos la paz interior 

y encontremos el Amor interiormente

para que se proyecte al exterior.


Garou
Je n´attendais que vous

sábado, 24 de diciembre de 2011

No dejen que admita impedimento al enlace de las almas fieles: Feliz Navidad

Te deseo que...

 ...siempre tengas una mano amiga, un hombro donde llorar, unos ojos donde reflejarte, alguien en quien confiar y las mejores cosas de la vida como: 

Enamorarte. Muchísima salud. Reírte tan fuerte que te duela el rostro. 

Un baño caliente. Una mañana escuchando tu música preferida. Recibir correo electrónico. 

Estar en la cama escuchando la lluvia. Un baño de espuma. Toallas calientes y quien te seque.

Que alguien te diga que te quiere y te necesita.

Una conversación larga y amena con un viejo/a amigo/a.

Un encuentro amoroso.

Despertar y darte cuenta que todavía puedes dormir unas cuántas horas más.

Aquel beso que tanto deseas.

Sorprenderte como cuando eras niña.

Dormir tranquila. Ver una buena película con alguien que amas. Mirar la expresión en el rostro de una persona cuando abre un regalo muy esperado.

Sentir las manos de quien amas en tu espalda.

Observar un amanecer en la playa.

Una palmadita de consuelo.

Que alguien te mire de esa manera tan especial...

Un jugo de naranja en un día muy caluroso.

Levantarte cada mañana sin que te duela nada.

Recibir el perdón de alguien a quien has ofendido.

Darte cuenta que es mejor ser feliz que tener la razón.

Todo lo que quiero para Navidad eres tú

Esta lista de las mejores cosas de la vida me la mandó una amiga como felicitación de Navidad. Es una lista que asumo plenamente. 

Y como obsequio en este día de nochebuena, uno de los más bellos poemas que se han escrito sobre el amor, es el conocido Soneto 116 de Shakespeare.

Creo que este soneto es uno de los mejores reflejos de la pasión humana. A lo largo de toda la historia se han considerado estos versos como la mayor cumbre del amor escrito, de las más sinceras, mágicas y geniales declaraciones románticas que en los siglos y siglos que nos preceden se han hecho.

"No dejen que admita impedimento al enlace
de las almas fieles: no es amor el amor
que al contemplar un cambio, cambia,
o que obliga al distanciado a distanciarse.

¡Oh, no! Es un faro inamovible
que contempla tempestades y nunca es sacudido.
Es la estrella para toda nave errante
cuyo valor ignora, aunque conozca su altura.

El amor no es juguete del tiempo, por más que labios
y mejillas de rosa sean alcanzados por su curva guadaña.
El amor no se altera en breves horas ni semanas

sino que perdura hasta el filo de los días.
Si esto es erróneo, y se me puede probar,
yo nunca escribí, ni hombre alguno amó jamás".


Y si el amor eterno no existiera, sí que existe el amor completo, el inalterable. Quien lo probó, lo sabe.

"Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado".


Al cabo, son poquísimas las cosas
que de verdad importan en la vida:
poder querer a alguien, que nos quieran.



FELIZ NAVIDAD 
*
JOYEUX NOËL 
*
MERRY CHRISTMAS


Féérie Hivernale

viernes, 23 de diciembre de 2011

La Rosa del Principito: lo importante es La Rosa que está a nuestro lado

"El principito arrancó también con un poco de melancolía los últimos brotes de baobabs. Creía que no iba a volver nunca. Pero todos aquellos trabajos le parecieron aquella mañana extremadamente dulces. Y cuando regó por última vez la flor y se dispuso a ponerla al abrigo del fanal, sintió ganas de llorar.

—Adiós —le dijo a la flor. Ésta no respondió.

—Adiós —repitió el principito.

La flor tosió, pero no porque estuviera resfriada.

—He sido una tonta —le dijo al fin la flor—. Perdóname. Procura ser feliz.

Se sorprendió por la ausencia de reproches y quedó desconcertado, con el fanal en el aire, no comprendiendo esta tranquila mansedumbre.

—Sí, yo te quiero —le dijo la flor—, ha sido culpa mía que tú no lo sepas; pero eso no tiene importancia. Y tú has sido tan tonto como yo. Trata de ser feliz... Y suelta de una vez ese fanal; ya no lo quiero.

—Pero el viento...

—No estoy tan resfriada como para... El aire fresco de la noche me hará bien. Soy una flor.

—Y los animales...

—Será necesario que soporte dos o tres orugas, si quiero conocer las mariposas; creo que son muy hermosas. Sino ¿quién vendrá a visitarme? Tú estarás muy lejos. En cuanto a las fieras, no las temo: yo tengo mis garras.

Y le mostraba ingenuamente sus cuatro espinas. Luego añadió:

—Y no prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una vez.

La flor no quería que la viese llorar: era tan orgullosa..."


Éstas son algunas líneas de uno de los libros más hermosos que conozco, El Principito de Saint-Exupéry. El episodio de la rosa siempre me ha conmovido. Es una metáfora del amor. Del amor hacia una mujer en concreto, con sus contradicciones, con su coquetería, su vanidad, su orgullo.

Su belleza es en principio como la de todas las rosas, pero él la ama sólo a ella porque es "su rosa". Teme sentirse asfixiado y monopolizado por ella. Huye entonces de su lado. Inicia su gran periplo por el universo y termina por darse cuenta de la verdad:

 
“¡No supe comprender nada entonces! Debí juzgarla por sus actos y no por sus palabras. ¡La flor perfumaba e iluminaba mi vida y jamás debí huir de allí! ¡No supe adivinar la ternura que ocultaban sus pobres astucias! ¡Son tan contradictorias las flores! Pero yo era demasiado joven para saber amarla".

No todas las rosas nos pueden dar lo mismo, aunque como dice Bécaud "l'important c'est la rose...", la rosa que está a nuestro lado.

"Dis à ton tour maintenant
Que la vie n’a d’importance
Que par une fleur qui danse
Sur le temps…"

Gilbert Bécaud
L´important C´Est La Rose



La rosa que está aqui, bajo el cristal, al abrigo de las corrientes de aire y de las fieras, vivirá más tranquila, pero ¿será más feliz?

Feliz noche a todos, en especial en esta Navidad que está llegando.



Y no olvidemos que 



SÓLO VEMOS CON EL CORAZÓN.
LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS.

 Le Petit Prince


jueves, 22 de diciembre de 2011

Desde esos días, tu belleza ilumina mi vida: Cartas de Amor de Victor Hugo a Juliette Drouet

Muchas veces por escrito se pueden decir muchas más cosas que de viva voz. Ante el papel en blanco las personas no se muestran tan tímidas y tienden más a explayar sus sentimientos, a explicar su pasión.

No falta quienes inmediatamente después de despedirse de su amor, aún con la pasión tratando de escapar por todos los poros, corren a escribirle una ardiente carta.

El territorio amoroso es vasto y frondoso. Cada persona vive el amor de un modo diferente, no cabe hablar de una fórmula única y universal válida para todos.

En un momento dado, dos personas se sienten atraídas una por la otra y entre ambas surge una comunión de emociones. Ambos se necesitan y de pronto no se ven capaces de vivir el uno sin el otro.




Esa fuerza inicial, esa pasión desbordante, no necesariamente proporciona la energía que sería precisa para unificar dos proyectos de vida diferentes hasta entonces, dos modos de mirar la vida, dos formas distintas de ser. Mantener la llama del amor a lo largo del tiempo es lo complicado.

José Antonio Marina ha analizado más de mil cartas de amor de personajes famosos, muchas de las cuales figuran transcritas en el libro titulado Palabras de amor.

Una de las parejas de las que se ocupa es Victor Hugo y Juliette Drouet. En la noche del 16 al 17 de febrero de 1833, a la una de la madrugada hacen el amor por primera vez y esa noche no la olvidaron nunca. Durante medio siglo mantuvieron una fascinante correspondencia, unas 18.000 cartas.

La pluma de Hugo escribe: “Repaso ese instante en mi memoria, nuestros dulces comienzos. Hará pasado mañana veintidós años que te vi por primera vez, ¿te acuerdas? Desde ese momento comienza para mí la vida. Desde esos días, tu belleza ilumina mi vida”.

Y a punto de cumplir los 80, lo rememora de nuevo: “Recuerdo profundo y dulce, noche sagrada. Hace 48 años te entregaste a mí. Te poseí a placer, a ti, la belleza, a ti, la gracia, a ti, la mujer. Que ese día sea grande para siempre, querida mía”.

Juliette contesta: “Te amo porque te amo, te amo porque sería imposible no amarte. Necesito escribírtelo como necesito pensar y respirar”. 

Como escribe Marina, el amor nace cuando "la felicidad del otro se convierte en parte de tu felicidad".

Ése es mi mayor deseo para todos en estas Fiestas...

Lara Fabian et Maurane
Tu Es Mon Autre



¡ Amor, Paz y Felicidad !

miércoles, 21 de diciembre de 2011

El amor es dulce, de cómo el amor y la dulzura se emparentan o no

Todavía extraño sus besos de chocolate, sus caricias de merengue y sus abrazos de dulce de leche. Ella era la persona más dulce del planeta y yo fui excesivamente goloso. Como era de esperarse, terminé convirtiéndome en un adicto a sus mimos. 
La amaba más que a nada, pero cada minuto que pasaba a su lado significaba un minuto menos de vida. 
Las calorías de sus caricias, besos y abrazos, eran la principal causa de mi constante aumento de peso. Desde que comencé a salir con ella, engordé a razón de 150 gramos diarios. 
Me di cuenta del mal que me hacía cuando dejaron de entrarme los pantalones pero a decir verdad, no le di demasiada importancia. Ella era mi vicio y seguí recurriendo a sus caricias, besos y abrazos hasta que el azúcar no entró más en mi cuerpo. 
Después del pico de colesterol, me vi obligado a dejarla.

Walter Giulietti


Siempre los excesos y los extremos fueron malos. Todo lo bueno en pequeñas dosis puede ser perfecto, pero si se toma mucho y frecuentemente, aunque sea lo mejor del mundo, puede conducir al fracaso por sobredosis.

Ahora bien, ¿por qué misteriosa razón siempre se ha relacionado el amor con lo dulce: dulces besos, dulce como la miel, luna de miel...? Yo creo que el amor no engorda.

Cuando te enamorás no pensás para nada en la comida. Es más, cuando estás consumido por la pasión, quemás cientos de calorías.

Sin embargo, cuando el desamor se instala en la vida, es cuando a muchas personas les da por comer, y no digo nada del chocolate, claro sucedáneo del amor, o incluso puede darse el caso de alguien que se refugie en la bebida.

Con lo cual, más que el amor, engorda el desamor...

Aunque pareciera que el protagonista de esta historia se aferró a tanta dulzura excesiva que tuvo que romper con su amada como si fuera una adicción. Debió apartar a su adicción de encima para seguir viviendo. Porque el protagonista quería vivir.

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(¿Y si te como a besos y bailamos?).

Henry-Claude Moutou, Laurence Beaumarchais 
y Malavoi

L'amour l'est doux 


martes, 20 de diciembre de 2011

Los hombres todos matan lo que aman, Wilde y su tumba cubierta de besos en París

¿Qué tienen en común Oscar Wilde, Amedeo Modigliani, Maria Callas y Jim Morrison? Todos ellos y muchos más descansan en el cementerio más grande de París urbano y uno de los más conocidos en el mundo: el cementerio Père-Lachaise. La tumba de Oscar Wilde sorprende ante todo porque está llena de besos. Labios pintados que dejan su carmín en la lápida para demostrar su amor a uno de los mejores escritores de la literatura universal. 



Cuando el 30 de noviembre de 1900 falleció de meningitis en el Hotel d'Alsace, en París, Francia, fue enterrado en el Cementerio de Bagneaux y, en 1909 sus restos fueron trasladados definitivamente al Cementerio de Père-Lachaise. Sobre su lápida se inscribió: «Verbis meis addere nihil audebant et super illos stillabat eloquium meum» («Tras mi palabra no replicaban, y mi razón destilaba sobre ellos» extracto del Libro de Job, 29, 22). 

Su tumba -digna de un dandi como Wilde- es obra del controvertido escultor Jacob Epstein. Considerada “obscena”, fue mutilada en sus partes pudendas, pero eso no impidió que las marcas de besos y los papeles con notas destinadas a Wilde dejasen de fascinar, unas para pedir inspiración y otras para agradecérsela ("Gracias Maestro").


¡Sí! Es la tumba de Oscar Wilde... Completamente cubierta por besos de bocas llenas de carmín... si no encontró la admiración en vida de una sociedad victoriana e hipócrita, ahora sí que parece haberla encontrado en el bonito Père-Lachaise.

Si de amor se trata...


En la imagen anterior se puede observar cómo este árbol "desparrama" su vida cubriendo las tumbas con su sombra protectora. Una pareja de enamorados gravó un corazón con sus nombres en el corpulento tronco... ¿Por qué? ¿Para que su amor perdurase tanto como el árbol? 

Respecto del amor, Oscar Wilde escribió: 

"...aquel hombre había matado lo que amaba, y tenía que morir por ello.

Sin embargo -¡y óiganlo bien todos!-, los hombres todos matan lo que aman: unos con una mirada de odio, con una palabra acariciadora otros; el cobarde con un beso, el hombre valiente con una espada.

Unos matan su amor cuando son jóvenes, cuando ya son viejos otros; unos lo ahogan con las manos de la lujuria, con las manos del oro otros; los más compasivos se sirven de un cuchillo, del cuchillo que mata sin agonía.

El amor de unos es demasiado corto, demasiado largo es el de otros; unos venden, y los otros compran, unos hacen lo que tienen que hacer con muchas lágrimas, otros sin un solo suspiro; pues los hombres todos matan lo que aman, aunque no todos tengan que morir por ello".

Fragmento de la Balada de la cárcel de Reading

André Rieu 
Love theme from Romeo and Juliet


domingo, 18 de diciembre de 2011

El gato mira derramando su alma verde en la sombra, y entiende a Debussy


Para comprender un poco mejor los versos del poeta e imaginar los delicados pasos de un gato sobre el teclado de un piano, es aconsejable acompañar la lectura con este video: "Claire de lune" de Claude Debussy.



Canción novísima de los gatos

Mefistófeles casero
está tumbado al sol.
Es un gato elegante con gesto de león,
bien educado y bueno,
si bien algo burlón.
Es muy músico; entiende
a Debussy, mas no
le gusta Beethoven.
Mi gato paseó
de noche en el teclado,
¡Oh, que satisfacción
de su alma! Debussy
fue un gato filarmónico en su vida anterior.
Este genial francés comprendió la belleza
del acorde gatuno sobre el teclado. Son
acordes modernos de agua turbia de sombra
(yo gato lo entiendo).
Francia admira a los gatos. Verlaine fue casi un gato
feo y semicatólico, huraño y juguetón,
que mayaba celeste a una luna invisible,
lamido por las moscas y quemado de alcohol.
Francia quiere a los gatos como España al torero.
Como Rusia a la noche, como China al dragón.
El gato es inquietante, no es de este mundo. Tiene
el enorme prestigio de haber sido ya Dios.
¿Habéis notado cuando nos mira soñoliento?

 

Parece que nos dice: la vida es sucesión
de ritmos sexuales. Sexo tiene la luz,
sexo tiene la estrella, sexo tiene la flor.
Y mira derramando su alma verde en la sombra.
Su espíritu es andrógino de sexos ya marchitos,
languidez femenina y vibrar de varón,
un espíritu raro de inocencia y lujuria,
vejez y juventud casadas con amor.
Son Felipes segundos dogmáticos y altivos,
odian por fiel al perro, por servil al ratón,
admiten las caricias con gesto distinguido
y nos miran con aire sereno y superior.
Me parecen maestros de alta melancolía,
podrían curar tristezas de civilización.
La energía moderna, el tanque y el biplano
avivan en las almas el antiguo dolor.
La vida a cada paso refina las tristezas,
las almas cristalizan y la verdad voló,
un grano de amargura se entierra y da su espiga.
Saben esto los gatos más bien que el sembrador.
Un gato enfurecido es casi Schopenhauer.
Cascarrabias horrible con cara de bribón,
pero siempre los gatos están bien educados
y se dedican graves a tumbarse en el sol.
El hombre es despreciable (dicen ellos), la muerte
llega tarde o temprano ¡Gocemos del calor!

Duerme tú, gato mío, como un dios perezoso,
mientras que yo suspiro por algo que voló.
Duerme tú santamente mientras toco el piano.

Y tú gato de rico, cumbre de la pereza,
entérate de que hay gatos vagabundos que son
mártires de los niños que a pedradas los matan
y mueren como Sócrates
dándoles su perdón.

--------------------------------------------
¡Oh gatos estupendos, sed guasones y raros, y tumbaos panza arriba bañándoos en el sol!
 
Federico García Lorca

El gato es un animal tan fascinante como enigmático y casi omnipresente en la literatura y en las Bellas Artes. Según las épocas o bien suscitaba simpatía y era representado como un animal cariñoso o bien era rechazado casi por demoníaco. ¿Por qué será que a los gatos se los ha amado y odiado con la misma pasión? Es el gran amigo de los escritores y sobre todo de los poetas. Todos ellos se han sentido fascinados y le han rendido homenaje. El gato se impone pues como un auxiliar indispensable en la vida y en la obra de multitud de escritores, hasta tal punto que Aldous Huxley daba como principal consejo a los escritores noveles que si alguna vez querían llegar a ser grandes celebridades tenían que empezar por tener gatos. Otros lo defendían diciendo que la facultad de poder caminar entre libros y tinteros sin mover nada de su sitio hace del felino el compañero ideal para el escritor.


A veces el gato se presenta como el prototipo del conquistador varonil, es el arquetipo del romeo que va por los tejados en busca de su amada. El gato conquistador se asocia a la vida nocturna y sus placeres. Cuántos dibujos y retratos de Toulouse Lautrec, o el archiconocido "Chat Noir" de Steinlen, anuncio del cabaret del mismo nombre reproducido hasta la saciedad y que ahora muestro aquí, tienen al gato como protagonista.

Este gato negro es uno de los símbolos de Montmartre. Cuando se viaja a París, se lo ve representado en remeras, bolsos, posavasos y en mil y un recuerdos que todos compraríamos para dejar constancia ante nosotros y ante nuestras amistades de que hemos estado en la Ciudad del Amor.

Y como colofón, a modo musical y humorístico, un video especial en honor a los gatunos:

Les petits chanteurs à la croix de bois
Miau, miau, miau






Haber atado ciertos hilos de amor y resplandor

Haber dejado una moneda de fuego en la mano de otro,
haber atado ciertos hilos de amor y resplandor,
haber perdido algo
al salir de la casa vacía.

Haber estado, haber acompañado,
haber estado complicado con el viento que siempre tiene razón,
con la tierra y el agua y con la hierba que siempre tienen razón.
No haber cumplido años lejos de sí mismo,
no importa si de rodillas o en medio del pantano pero cerca de sí,
o entre asuntos pendientes o torcidos desde el comienzo,
pero masticados con tus dientes.

No importa ser un objeto más o menos clasificable
despreciable por los que deciden,
no importa ser superado, masacrado, tergiversado, desmentido,
con todo eso se hace la verdad.
 
 
No importa ser interrumpido 
si estás al pie del árbol gigante en el día sin fin, 
al pie del árbol de piedras preciosas del sueño que sólo 
pertenece a los hombres,
y si has podido hablar con esas piedras
y acompañar hasta su casa a alguien 
en un momento duro de la noche.
No importa que no haya solución para nadie ni perdón para nadie
ni si al fin estás solo en las salinas de la madrugada
haciendo todo lo posible para que salga el sol,
para que estos rostros queridos no se hundan en los
rápidos de la nada
que acecha tanta maravilla.
POR ÚLTIMO - RAUL GUSTAVO AGUIRRE
Éste es el primer poema que leo de él, poeta argentino
con una cierta influencia surrealista. ¿Cómo podía ser de otro modo? 
Ya me embelesó su maravilla.
La poesía es un salvavidas.
Y la música salva ante cada nueva nota.
 
Giovanni Marradi - Lysistrata


Haber estado, haber acompañado, 

siempre.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Separo tus hojas, Belle de Notre Dame de Paris avec une flûte de pan

Separo tus hojas,
una por una:
las rígidas, amplias hojas exteriores,
las más pequeñas,
agradables de tocar, regadas con púrpura; 











Las hojas exteriores barnizadas,
una por una









 

Te separo desde tus hojas,













hasta que, como una flor blanca, te irgas
balanceándote ligeramente en el viento del atardecer.

  
Amy Lowell

"Belle" de Notre Dame de Paris -
"Bella" de Notre Dame de Paris
(Avec une flûte de pan - versión con una flauta)

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