martes, 29 de mayo de 2012

¡Comenzar, en sí, es siempre tan hermoso!

"...¿usted no ve cómo todo lo que sucede es siempre un comienzo? 


¡Y comenzar, en sí, es siempre tan hermoso! Deje que la vida le acontezca. Créame: la vida tiene razón en todos los casos".

                                                                     Rainer Maria Rilke

 Mina - E penso a te

sábado, 26 de mayo de 2012

Seminario Nadja 2012 "Configuraciones poéticas de un amor trágico: Medea de Eurípides". ¿Tragedia erótica?


Seminario Nadja 2012: “Amor fatuum” [Amor fatal, amor tonto]

Lunes 28 de mayo – 19.30 Hs: Marcela Coria

“Configuraciones poéticas de un amor trágico: 
Medea de Eurípides”

Medea de Delacroix

La revista Nadja, Lo inquietante en la cultura invita a una nueva reunión del Seminario anual, Amor fatuum, que se llevará a cabo en el Auditorio Rodolfo Shcoler de la Librería Homo Sapiens, Sarmiento 829 Altos de la ciudad de Rosario. La Librería Homo Sapiens además es co-organizadora de los encuentros.

En este encuentro, se analizarán algunos aspectos que configuran poéticamente este amor trágico de Medea en la pieza de Eurípides, a los fines de indagar si esta tragedia puede considerarse, como han hecho algunos estudiosos, como una tragedia erótica. Para ello, se tomarán como ejes los dos componentes del “amor” en la antigua Grecia: éros y philía.

Los interesados deberán inscribirse con anticipación por e-mail a esta dirección de correo electrónico: ricardobianchi@gmail.com  
Costo: $ 10.

viernes, 25 de mayo de 2012

El lenguaje es una piel: yo froto mi lenguaje contra el otro...

El lenguaje es una piel: yo froto mi lenguaje contra el otro. Es como si tuviera palabras en lugar de dedos, o dedos en la punta de mis palabras. Mi lenguaje tiembla de deseo. La emoción proviene de un doble contacto: por una parte, toda una actividad discursiva viene a realzar discretamente, indirectamente, un significado único, que es "yo te deseo", y lo libera, lo alimenta, lo ramifica, lo hace estallar (el lenguaje goza tocándose a sí mismo); por otra parte, envuelvo al otro en mis palabras, lo acaricio, lo mimo, converso acerca de estos mimos, me desvivo por hacer durar el comentario al que someto la relación.


(Hablar amorosamente es desvivirse sin término, sin crisis; es practicar una relación sin orgasmo. Existe una forma literaria de este coitus reservatus: es el galanteo).

(...) todo propósito que tiene por objeto al amor (sea cual fuere el sesgo destacado) implica fatalmente una alocución secreta (me dirijo a alguien que ustedes no conocen pero que está ahí al final de mis máximas). 

(La atopía del amor, la aptitud que lo hace escapar a todas las disertaciones, sería que en última instancia no es posible hablar de amor más que según una estricta determinación alocutoria; sea filosófico, gnómico, lírico o novelesco, hay siempre, en el discurso sobre el amor, alguien a quien nos dirigimos. Este alguien pasó al estado de fantasma o de criatura venidera. Nadie tiene deseos de hablar del amor si no es por alguien).

Roland Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso.

lunes, 7 de mayo de 2012

Mirame en la luz de un universo sin mundos

Vuelve a llenar mi alma con tus brazos... 

(Dedicado especialmente a C. A.)


Ser trémula
ser viento
en tus brazos
quiero.





Paysage, tes bras...
Paisaje, tus brazos...

jueves, 3 de mayo de 2012

Mi raíz emerge desde el primer asomo del comienzo, y brota y ensancha, y fructifica, y siembra

Sopla, viento, sopla y arrasa, que también de ti
saco conciencia.
En tu furia
mido mis fuerzas. Dóblame si puedes, y túmbame,
mi sostén es de acero.
Yo estoy sobre la línea de las cosas
que no murieron nunca.
Mi raíz emerge
desde el primer asomo del comienzo,
y brota y ensancha, y fructifica, y siembra,
hasta el negado fin del infinito.

 
Brioso y perverso y desafiante y ciego,
no borrarás la luz de mi paisaje,
ni el aroma del tiempo que me quiere.
El canto de los pájaros
ha de prender corolas de colores, siempre,
y un recuerdo de nido
entibiará mis ramas.


La luna te cortará las carnes para verme.
Estoy sobre el regazo de la tierra,
bajo la cóncava mirada azul,
con mi sabida sangre,
a un murmullo
del agua.
Suéltate, desorbitado, atronador, deshecho,
por la ladera fácil,
a querer romperme los oídos;
yo escucho con el corazón.
 




Búscame, azota mi pensativa hora de preguntas,
castígame el silencio, enfríame las manos,
succióname la savia.
Fatigarás tu furia hasta que caigas.
Todos nosotros te derrotaremos; la gota de agua,
el anuncio del pájaro
sobre la primavera,
la sonrisa del niño, y la sencilla
calma de existencia.
Raíz de tempestad, barre las caídas hojas,
y la inclinada brotación de miedo.
Tu voluntad altiva de torcerme
no quebrará mi línea,
respiro con las cosas que no murieron nunca.
 
Soy de mí misma,
indestructible, mía, en vertical esencia,
y permanezco.


Matilde Alba Swann

martes, 1 de mayo de 2012

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