viernes, 23 de diciembre de 2011

La Rosa del Principito: lo importante es La Rosa que está a nuestro lado

"El principito arrancó también con un poco de melancolía los últimos brotes de baobabs. Creía que no iba a volver nunca. Pero todos aquellos trabajos le parecieron aquella mañana extremadamente dulces. Y cuando regó por última vez la flor y se dispuso a ponerla al abrigo del fanal, sintió ganas de llorar.

—Adiós —le dijo a la flor. Ésta no respondió.

—Adiós —repitió el principito.

La flor tosió, pero no porque estuviera resfriada.

—He sido una tonta —le dijo al fin la flor—. Perdóname. Procura ser feliz.

Se sorprendió por la ausencia de reproches y quedó desconcertado, con el fanal en el aire, no comprendiendo esta tranquila mansedumbre.

—Sí, yo te quiero —le dijo la flor—, ha sido culpa mía que tú no lo sepas; pero eso no tiene importancia. Y tú has sido tan tonto como yo. Trata de ser feliz... Y suelta de una vez ese fanal; ya no lo quiero.

—Pero el viento...

—No estoy tan resfriada como para... El aire fresco de la noche me hará bien. Soy una flor.

—Y los animales...

—Será necesario que soporte dos o tres orugas, si quiero conocer las mariposas; creo que son muy hermosas. Sino ¿quién vendrá a visitarme? Tú estarás muy lejos. En cuanto a las fieras, no las temo: yo tengo mis garras.

Y le mostraba ingenuamente sus cuatro espinas. Luego añadió:

—Y no prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una vez.

La flor no quería que la viese llorar: era tan orgullosa..."


Éstas son algunas líneas de uno de los libros más hermosos que conozco, El Principito de Saint-Exupéry. El episodio de la rosa siempre me ha conmovido. Es una metáfora del amor. Del amor hacia una mujer en concreto, con sus contradicciones, con su coquetería, su vanidad, su orgullo.

Su belleza es en principio como la de todas las rosas, pero él la ama sólo a ella porque es "su rosa". Teme sentirse asfixiado y monopolizado por ella. Huye entonces de su lado. Inicia su gran periplo por el universo y termina por darse cuenta de la verdad:

 
“¡No supe comprender nada entonces! Debí juzgarla por sus actos y no por sus palabras. ¡La flor perfumaba e iluminaba mi vida y jamás debí huir de allí! ¡No supe adivinar la ternura que ocultaban sus pobres astucias! ¡Son tan contradictorias las flores! Pero yo era demasiado joven para saber amarla".

No todas las rosas nos pueden dar lo mismo, aunque como dice Bécaud "l'important c'est la rose...", la rosa que está a nuestro lado.

"Dis à ton tour maintenant
Que la vie n’a d’importance
Que par une fleur qui danse
Sur le temps…"

Gilbert Bécaud
L´important C´Est La Rose



La rosa que está aqui, bajo el cristal, al abrigo de las corrientes de aire y de las fieras, vivirá más tranquila, pero ¿será más feliz?

Feliz noche a todos, en especial en esta Navidad que está llegando.



Y no olvidemos que 



SÓLO VEMOS CON EL CORAZÓN.
LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS.

 Le Petit Prince


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